Uno de los mantras en nuestro club es cuidar al compañero por encima de todo.
Es un deporte de contacto y por tanto se sudará y se sufrirán caídas, golpes, habrá contacto físico y momentos de combate. Pero esto no quita que seamos una familia y respetemos al compañero, el cuál al día siguiente tendrá que trabajar, estudiar o hacer su rutina diária.
No aceptamos a cualquiera, no queremos matones, ni delincuentes, ni temerarios, ni charlatanes..
Además en el club somos discriminatorios (Heredado de nuestros orígenes). Por ello no aceptamos a cualquiera, no queremos matones, ni delincuentes, ni temerarios, ni charlatanes, ni perezosos, ni políticos, ni sindicalistas, ni fascistas, ni feministas, ni ningún «-ista».
Ah y tenemos predilección descarada por los profesionales de la seguridad, que siempre tendrán preferencias
Seguimos un riguroso protocolo de higiene
Luchamos cuerpo a cuerpo, se respira sobre el compañero y compartimos sudor con él. Por eso es indispensable venir aseado a las clases y en los momentos de uso de kimono se deberá llevar una camiseta interior.
No nos gustan los que van marcando abdominales. Mantenemos a ralla nuestro ego, como la correa de un perro ansioso por morder