Las artes marciales, con sus raíces profundamente arraigadas en la historia, han sido una fuente de disciplina, respeto y autodisciplina durante siglos. Pero más allá de sus antecedentes históricos, las artes marciales tienen un poder transformador cuando se trata de los niños. Desde el antiguo Lejano Oriente hasta los gimnasios contemporáneos en todo el mundo, estas disciplinas han demostrado ser una herramienta invaluable para el desarrollo físico y emocional de los jóvenes.
En esta entrada, exploraremos los 10 beneficios fundamentales que las artes marciales y sobre todo el Yawara-Jitsu con su programa especialicado en luchar contra el acoso escolar, ofrecen a los niños. Desde el aumento de la confianza hasta la mejora de la concentración y la resolución de conflictos, estas prácticas milenarias ofrecen una serie de lecciones valiosas que van más allá del tatami. Descubre cómo las artes marciales pueden moldear a los jóvenes en individuos seguros, respetuosos y preparados para enfrentar los desafíos de la vida.
Aumento de la confianza
Con el tiempo, los niños ganan confianza en sus habilidades físicas y mentales a medida que avanzan en su entrenamiento, superan desafíos de nuevos movimientos, dinámicas y ejercicios.
Desarrollo de disciplina y autocontrol
Las artes marciales inculcan a los niños la disciplina y el autocontrol. Para el ámbito deportivo y para el día a día. Aspectos como ser constantes con los proyectos que tengamos que afrontar, nuevas metas u objetivos a alcanzar. Y tener el autocontrol para saber gestionar nuestras emociones y energía y dirigirlas hacia donde más nos interese
Fomento del respeto
Las artes marciales promueven el respeto hacia los demás y la importancia de tratar a todos con cortesía y consideración
También se busca el respeto por lo que uno recibe y por lo que uno hace.
Habilidades sociales
Al participar en las clases de artes marciales, los niños deben interactuar unos con otros, realizando ejercicios con nuevos compañeros y retroalimentándose unos con otros.
Habilidades motrices y físicas
Es evidente que al realizar cualquier práctica deportiva, los seres humanos tendemos a mejorar nuestra capacidad física, mejoramos nuestra capacidad pulmonar, cardiorrespiratoria, fortalecemos nuestros músculos, articulaciones y huesos.
Con los niños sucede lo mismo, pero a una velocidad descomunal, ya que ellos son esponjas que absorben cualquier detalle del movimiento y lo copian a la perfección.
Concentración
En clase con normalidad se realizan ejercicios de concentración o que requieren de ella. Ya sea para realizar un golpe con puntería y acertar en una zona, o para superar un circuito o para realizar una técnica concreta.
Ética y valores
Muchas escuelas de artes marciales enfatizan con la importancia de vivir un código ético y moral, lo que ayuda a los niños a desarrollar valores positivos.
Cuántas veces se ha escuchado la frase de «Lo que se practica en el dojo, se queda en el dojo», yo siempre recalco a mis alumnos que esta norma solo se rompe cuando tenemos que socorrer a algún amigo/a al que están haciendo sufrir, o si quieren agredirnos a nosotros.
Autodefensa
Siempre se espera que los niños no tengan que utilizar las técnicas que se enseñan en clase. Pero aprenderlas les aporta una sensación de seguridad, de conocer que si les van a intentar agredir tienen la seguridad y capacidad de resolver ese conflicto.